miércoles, diciembre 31, 2014

Nunca dejé de escribir





Solo diez entradas en 2014, no salgo ni a una por mes. Me da penilla tenerte tan abandonado, sobre todo porque fue gracias a tí que yo me atreví a escribir en público. ¡y me gusta!
Al principio no sabía que contar, ¡¡tardé tres años en coger carrerilla!! y es que me costaba mucho pensar que otros podían leerme. 2010 fue la "repera", 98 entradas.
He perdido el miedo a escribir y he descubierto que es mi asignatura pendiente.
¿Sabes? mientras conducía o limpiaba, o estaba en la cama a duermevela he escrito muchas cosas para tí que luego no he tenido tiempo de contarte.
Pero no he dejado de pasar por aquí porque no escriba, sino porque ahora he encontrado muchos otros lugares donde hacerlo.
Abrir mi primer blog de aula "Estrellas de Primero" fue toda una experiencia fantástica al volver al cole después de ocho años de asesoría en el CEP donde ya también había encontrado un huequillo interesante con otras personas para compartir experiencias interesantes "Aprender hablando", que se ha convertido en uno de mis lugares de escritura más entrañables.
Este año, mi nuevo blog de aula "Gnomitas y Gnomitos" tiene doble de encanto, ya que me permite abrir la puerta de mi aula y también que en algunas de las entradas ya me va ayudando mi zagalería.
Pero también han ido apareciendo otros lugares.
Me topé con "Palabras azules" y me pareció un proyecto apasionante, allí he dejado algunas de mis publicaciones sobre la escritura. Sobre todo, es un baúl cargado de ideas originales al que siempre puedo recurrir.
En marzo, me encantó participar en el blog "Escuelas en red" con la experiencia de mi primer huerto escolar, aunque después de enviársela, me pareció genial como Rodrigo J. García le dio forma y la contó en el blog, un lugar fantástico que desde que lo conocí, es para mi un referente para acercarme a experiencias impresionantes que publicitadas en un medio de comunicación importante, muestran una escuela maravillosa, con fuerza, innovadora, que emociona...
Más adelante por culpa de mi amigo Jose Luis Castillo, me vi envuelta en una aventura que me resultó apasionante, Jose Manuel Martos me pidió que contara mi historia de aprendizaje en su blog "Voces de aprendizaje", así "Maestra de a poquito" se convirtió en todo un ejercicio de memoria y un saborear la escritura, volviendo a lugares casi perdidos en mi memoria. ¡Cuanto disfruté revisando fotos!
También por culpa de otro amigo y maestro, Fernando Trujillo, me vi envuelta en otra crónica en el blog "EvaluAcción", después de vivir una última aventurilla evaluativa con mis criaturillas: hacer de forma conjunta una rúbrica para evaluar los rincones de trabajo.
También esta Navidad he estado inmersa en otro relato para la Revista Aula sobre Competencia Lingüística que acabo de mandar hace un par de días.
Ya ves que aún pasando poco por aquí no he abandonado el vicio de narrar, y como propósito de año nuevo ya ando pensando contarte algunas de mis historias.





martes, diciembre 02, 2014

“Escribir a mano es del siglo pasado”



“Escribir a mano es del siglo pasado”. Este es el título de un artículo que encontré en facebook y que podéis leer completo en el blog de Enrique Dans.
El autor del artículo comenta la decisión de Finlandia de sustituir el aprendizaje de la escritura a mano por la escritura con teclado.
Todos los cambios generan polémica y si invaden el terreno de la educación mucho más. En educación mejor ser conservadores que andar haciendo la revolución, por lo que pueda pasar.
De hecho el sistema educativo está montado para enseñemos a nuestras “crías” a vivir en nuestra sociedad.
Atreverse a inventar o imaginar otra sociedad posible y educar pensando en un futuro diferente siempre entraña un gran riesgo para quien se atreve.
Aparecen en seguida las premoniciones de grandes catástrofes, de futuras decadencias, de derrumbe de los cimientos de nuestra sociedad.
Pero la realidad de la historia nos enseña que el mundo avanza y no estamos en las cavernas gracias a “las grandes locuras” a mentes excéntricas y geniales que en su momento se atrevieron a soñar y a crear instrumentos o ideas novedosas, futuristas, rompedoras.
Leer y escribir desde el principio de nuestra historia han sido herramientas que han dado acceso al poder.
“El siglo pasado” como titula el artículo nos llevó a conseguir alfabetizar (en el primer mundo) a un porcentaje elevado de la población que hoy no tiene problemas de acceso al código escrito.
Pero mientras nosotros hemos enseñado el utillaje, el oficio se nos complejizado de tal manera que los aperos con los que comenzamos nuestro aprendizaje ya no nos sirven para completar la labor, a menos que no queramos ir más allá.
Pero no ir más allá vuelve a significar depender de quienes saben usar las nuevas herramientas que se convierten en los nuevos poderes establecidos.
La escuela tiene poco tiempo para enseñar todo lo que demanda la sociedad actual, por eso debe pensar muy seriamente que es lo importante y que lo anécdótico, que es lo que va a acercar al alumnado a “poder estar” y ser parte “poderosa” de la sociedad y que le va a condenar a ser parte de la sociedad dependiente y tiranizada.
¿Y todo esto que tiene que ver con aprender o no a escribir a mano?
El aprendizaje del trazo se realiza en edades muy tempranas en las que escribir una letra supone un enorme esfuerzo de control mécanico de la mano, en muchos centros se pasan cuatro años de la vida de una criatura aprendiendo el trazo de las letras y apenas la escritura de unas palabras o frases pequeñas. Los años, además en que se sabe que la mente humana tiene más capacidad de aprendizaje.
Cuatro años para una actividad que apenas ya nadie realiza fuera de la institución escolar.
Yo creo que ha llegado el momento de plantearse seriamente la oportunidad o no de esas prácticas.
La escritura con ordenador nos permite muchas cosas que el papel no nos permite a la hora de escribir.
Desde eliminar la dificultad del trazado hasta la gran oportunidad de mejora de textos sin repeticiones tediosas.
Aprender el código con el teclado facilita el aprendizaje de la escritura y ganaríamos tiempo para otras cosas. Aprender el trazado de las letras, si queremos podría incluso ser posterior al aprendizaje de la escritura, ¿porqué no?
De cualquier manera, el aprendizaje de la escritura va incluso más allá del aprendizaje de la mecanografía y centrar los primeros aprendizajes solo en la herramienta, sea lápiz o teclado, es un error tremendo. Los primeros aprendizajes deben centrarse en el aprendizaje de la escritura de textos reales con usos reales. 
Ahora mismo parece impensable en nuestras escuelas esa propuesta, no porque no sea la mejor para nuestras criaturas, sino porque el profesorado que las puebla no tenemos capacidad para emprender esa marcha y la administración que nos paga no tiene la valentía de destinar los recursos necesarios.
Pero está claro, que la alfabetización del siglo XXI pasa por una nueva alfabetización, más allá del trazado de las letras y que las pequeñajas y pequeñajos a quienes se dejan estas herramientas parecen tener una capacidad innata de aprendizaje más allá de la que tenemos los adultos .

“La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original” (Albert Einstein)