domingo, junio 17, 2012

CUENTA ATRÁS

Mi pequeño rincón
Poco más o menos medio mes, eso es lo que me queda para estar en ese (mi) pequeño rincón del Centro del Profesorado de Almería. Ha sido todo un año para hacerme la idea, e incluso de hacer planes para el curso que viene, a veces pienso que tengo demasiados y no sé si voy a poder con todos, porque he aprendido mucho en estos años y llevo la prisa de ponerlo todo en práctica lo antes posible. Pero eso ya os lo iré contando el curso que viene.
Ahora estoy "haciendo limpieza" de mis armarios, para dejarle espacio a quien me sustituya.
¡Es interesante la limpieza de armarios! siempre va unida a sentimientos, recuerdos y decisiones.
Decides que algunas cosas puedes tirarlas porque ya no servirán a nadie, e incluso te preguntas por qué las guardaste en su momento aún a sabiendas de que acabarían sin remedio en la basura, pero mientras rompes o deshechas, recuerdas...
Y ahora estoy repasando recuerdos a la vez que rasgo papel, ocho años de recuerdos. De los logros y de los no logros.
Poniendo en la balanza yo me llevo mucho más de lo que dejo, tal vez demuestre que no lo he hecho todo lo bien que debiera, pero creo que cambiaría poco de lo que he hecho, sobre todo porque apenas he hecho nada sola, he tenido la suerte de disfrutar de ocho años de auténtico trabajo colaborativo y eso se que lo voy a echar muchísimo de menos.
Mis compis de despacho se ríen de mí cuando me pongo a ordenar y romper papel, lo hago a menudo y va ligado a un cierto desorden mental tras el cual me veo en la necesidad de "ordenarme a mi misma" y en el que ordenar mi espacio y la acción física de tirar y romper me ayudan infinitamente a recolocar todo de nuevo en su sitio.
También ahora se trata de recolocar todo en su sitio, de volver a retomar mi rol de maestra y dejar atrás el de asesora.
Pero eso va a ser imposible, totalmente imposible, tanto como lo ha sido dejar atrás mi rol de maestra en todo este tiempo, y tal vez por eso, ya andamos haciendo "planes formativos" para el curso que viene, claro que desde otra perspectiva, pero siempre en el mismo camino, hacia una escuela pública de todos y para todos.
Los últimos días les ha tocado a las carpetas de "mis centros" (como en la escuela "mis criaturas"), para algunos he necesitado varias carpetas y en cambio otros apenas tengo cuatro papelillos insignificantes.
¿Por qué en unos centros hay una vida tan intensa y en otros parece que nunca se mueve nada? Es difícil dar una respuesta adecuada y justa para todos. A veces es el equipo directivo el que dinamiza o destroza la vida de un centro, a veces es un grupo de personas con un empeño constante en ir hacia delante, a veces es solo una persona que no ceja en su empeño de conseguir pequeños logros y a veces, las menos, pero las más interesantes, es todo un centro el que, aún con diferencias y tropiezos, se empeña en mejorar de forma conjunta.
El asesoramiento a un centro puede ser muy sencillo o muy difícil, solo depende de que el centro crea o no en la utilidad de la formación.
Si el centro demanda y cree en la formación todo va sobre ruedas, te sientes una más del claustro, te invitan a cualquier actividad interesante que hay en el centro, te piden lecturas, opinión, experiencias..., te agradecen constantemente tu ayuda y te dan un mérito que tú sabes que es todo de ellas y ellos por el empuje y el empeño que ponen en mejorar día a día.
Pero si no es así es casi imposible entrar siendo "nadie", porque las asesoras y asesores, no tenemos apenas derechos en esos centros que creen que no nos necesitan, andar pordioseando una reunión con el claustro para presentarnos o que el director del centro de forma muy amable nos mande siempre con la jefa de estudios porque esto de la formación le trae al pairo, que el gracioso de turno en la sala de profesores comente sintiéndose superingenioso lo bien que vivimos en las asesorías, es descorazonante.
A veces demandan tu ayuda para un grupo de trabajo o una formación en centros y no es una ayuda sentida, sino que responde a la necesidad administrativa de un certificado o por los dichosos "planes de calidad" tristemente pagados, o proyectos que en realidad no son sentidos por todos los "participantes".
Es muy difícil el trabajo de asesorar centros, son muchos los libros, los artículos, las teorías sobre formación en centros, pero ninguna técnica o propuesta sirve realmente si el profesorado no quiere formarse.
Pero aún así, a veces puedes encontrar pequeñas alianzas, un pequeño grupo de trabajo, o alguien que coordina algún proyecto interesante, o alguien que participa en formaciones externas y que de forma silenciosa está haciendo prácticas muy interesantes en su aula y ese puede ser tu canal de entrada, ayudar a difundir buenas prácticas, a valorarlas, a darles una importancia que en algunos casos incluso en el propio centro se intenta esconder.
Yo me voy con sentimientos encontrados, por un lado la pena de no haber podido o sabido hacer más en algunos sitios y por otro la inmensa alegría de dejar un puñado de amistades entrañables a lo largo de los centros de nuestra zona y fuera de ella; por un lado la sensación de querer más tiempo para hacerlo mejor y por otro, la seguridad de que en la educación pasar mucho tiempo si andar por las aulas no es bueno y yo ya lo voy necesitando.
De repente, me viene a la mente las niñas y los niños de esos coles y les veo tan felices, tan llenos de entusiasmo, tan deseosos de hacer proyectos nuevos, tan llenos de creatividad, y... vuelve a salir la maestra que llevo dentro.
Por eso ahora, además de tirar lo inutil, estoy recopilando recuerdos de experiencias interesantes que quiero trasladar a mi aula y tengo prisa por empezar a poner en práctica la cantidad ingente de buenas experiencias que he aprendido de las grandes maestras y maestros con quienes he tenido la suerte de trabajar.