jueves, septiembre 22, 2011

Organizar el aula

Esta es una entrada "pedida" que he decidido que no ya no dejo pasar ni un día más.
Hace ya algunas semanas una "twitteramiga" me preguntó sobre cómo organizar el horario y si le dedicamos tiempo a la lectoescritura.
Contestar a la primera pregunta es muy sencillo y muy complejo.
Sencillo: Como tú creas que tu alumnado y tú podéis trabajar mejor.
Complejo: Nosotras nunca paramos de buscar nuevos modos de organizar el horario.
Aunque mi compi Paqui se enfade, las personas que trabajan en Infantil lo tienen mucho más fácil que quienes ya estamos en la "universidad" de Primaria.
¿Por qué? porque en infantil no es tan fuerte la idea de que hay que estar todo el tiempo en silencio y sentados.
En infantil la organización por rincones y el trabajo en pequeños grupos está mucho más asumido que en primaria, de modo, que cuando una maestra de infantil se lanza a trabajar por rincones o hace trabajo en pequeños grupos se le considera innovadora, mientras que en primaria si se te ocurren ese tipo de cosas puede que te tachen de "andar perdiendo el tiempo" en lugar de dedicarte a cosas importantes.
Es por eso que en nuestro grupo, las compañeras de infantil llegaron a soluciones organizativas muy interesantes mucho antes que lo hiciéramos las de primaria. Aunque con el tiempo también nosotras nos atrevimos y acabamos encontrando el modo de trabajar por rincones.
La organización del tiempo y del aula está en función del fin que pretendemos conseguir, por lo tanto si ese fin cambia, tendremos que reorganizar nuestros espacios y nuestros tiempos.
Sin embargo, a nivel global hay espacios y tiempos que son imprescindibles en un aula en la que se quiera aprender investigando, descubriendo, participando, viviendo, etc:
La asamblea que va a ser el lugar donde vamos a decidir como evoluciona la vida en nuestra aula.
Los rincones de trabajo que también pueden ser variables en función del proyecto que estemos abordando y nos van a permitir trabajar de forma cómoda con grupos pequeños mientras el resto trabajan de forma autónoma.
Cuánto tiempo y en qué momento, es una decisión que depende de la maestra y el grupo.
Lo más importante es no dar por cerrado nada y reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes de cada una de las decisiones organizativas que se toman.
También hay tiempos que "con el tiempo" fuimos considerando imprescindibles:
  • Unos quince o veinte minutos con las rutinas del inicio de la mañana:
    • Colectivas:
    •  Responsables (mejor parejas)
      • Pasar lista, anotar el tiempo, prestamos de biblioteca...
  • Lectura en voz alta de la maestra. Esto que en infantil se da por sentado, en primaria parece que como ya "saben leer" no hay que seguir haciéndolo, pero es importantísimo continuar diariamente leyendo en voz alta al alumnado. ¿Cuando? pues a mi personalmente me gustaba hacerlo al final de la mañana, cerrábamos todo, preparábamos nuestras mochilas para salir unos quince minutos antes de la hora y entonces yo elegía una lectura que me emocionara a mi, para compartir con el grupo, a veces era un cuento, otras eran poemas, otras una noticia de prensa o el artículo de una revista, o un párrafo del libro que yo estaba leyendo en esos momentos.
Lo importante es pensar muy muy bien en que empleamos nuestro tiempo, porque siempre es muy escaso, de modo que cualquier actividad que hagamos debemos asegurarnos que realmente mejora los aprendizajes y no nos hace "perder el tiempo".
En cuanto a la segunda pregunta "si le dedicamos tiempo a la lectoescritura" entiendo que se refiere al aprendizaje de "las letras", al cual en los primeros niveles si que le dedicamos una minúscula parte del tiempo.
El aprendizaje del código para nosotras es una parte más del aprendizaje de la lectura y la escritura (no usamos el término lectoescritura) pero no la más importante ni a la que más tiempo dedicamos.
Sin embargo cuando las niñas y los niños aún no dominan el código hay algunas actividades específicas para la apropiación del mismo que nos ayudan, como puede ser, el trabajo con el nombre propio, al que se le pueden dedicar unos cinco o diez minutos al día.
La reflexión metalingüística está presente en muchos momentos del aula y junto con la idea de que lo que escribimos no es definitivo, sino que tenemos que repensar como mejorarlo, nos va a ayudar a analizar entre otras cosas las letras de nuestros escritos, si sobran, si faltan, si están puestas en su lugar, etc.
las actividades de lectura que planificamos son muchas, pero siempre sobre textos reales, por ejemplo, en un cuento con el que estamos trabajando buscar el nombre de los personajes.
En las páginas 11, 12 y 13 de "el aprendizaje del lenguaje escrito en infantil" podemos encontrar algunas pistas de actividades que nos van a ayudar a apropiarnos del código.
Este aspecto no puede ni debe de ser el que se apodere de todo nuestro tiempo del aula, en el que tienen que tener cabida lecturas y escrituras de textos reales que mientras que no se apropien del código, necesitaran de una tutela, de una guía que cada vez será menos necesaria conforme vayan descubriendo las "leyes del código escrito"

jueves, septiembre 01, 2011

La evolución de Calpurnia Tate




"Es asombroso lo que uno puede ver cuando se sienta a mirar"
                                         Calpurnia pág.34




Este libro se lo regaló mi hermana Ana a mi hija Irene hace ya algún tiempo con una dedicatoria preciosa:

"Desde las primeras páginas del libro, Calpurnia me recordó a tí:
Perspicaz.
Hábil con la palabra.
Abogada de causas perdidas.
De audaz imaginación.
Luchadora.
Sensible.
Y supe sin duda alguna que Calpurnia solo podía terminar en tus manos...
Te quiero. Ana

Para mí, si un libro o una película que mi hermana Ana recomienda es una apuesta segura de que, no solo lo voy a disfrutar, sino que también va a conseguir emocionarme, por eso en varias ocasiones he animado a Irene a que lo leyese, aunque con poco éxito por mi parte, debido tal vez a la competencia desleal de internet y otras rutinas adolescentes. (Esto merecería otra entrada)
Así que este verano ha estado entre mis lecturas obligadas para compensar un poco, el abandono al que la pobre Calpurnia estaba siendo sometida por parte de mi hija Irene.
Como no podía ser de otra manera, el libro me ha encantado. Como dice en su contraportada:
"Una lectura obligada para todas las edades. Una protagonista para recordar"
Es asombroso todo lo que podemos encontrar en un libro aunque no esté escrito con tinta, la de ideas, pensamientos, reflexiones que esta novela nos puede llegar a proporcionar .
Para empezar, todo un mundo de personajes interesantes, incluso esos que aparecen solo un poquito y luego desaparecen silenciosos. Pero sobre todo, el abuelo y Calpurnia, dos seres que consiguen llenar mutuamente esos espacios incomprendidos y solitarios de los diferentes, esos paisajes de soledad cuya riqueza reside en transitarlos y disfrutarlos cuando consigues evadirte del mundo, que forman todo un universo en el que nadie puede imponer normas, ni decirte esto es lo que debes hacer o pensar y donde la diferencia se convierte en riqueza, espacios es los que es el resto de mundo el que no sabe..., no comprende...
Esos espacios remotos y apasionantes que se vuelven mucho más emocionantes, si encuentras un alma gemela con quien compartirlos algunos instantes.
El abuelo representa ese momento de la vida en el que algunas personas afortunadas descubren lo que verdaderamente es importante, ese tiempo en el que los convencionalismos, las normas, las ideas, pasan el filtro de lo que  realmente necesitas para ser feliz, para vivir en paz y en el que algunas personas han conseguido un mundo interior tan rico, tan apasionante que pueden vivir acompañados y estar maravillosamente aislados. Un abuelo aparentemente huraño, solitario, dueño de una inmensa biblioteca y de un laboratorio en el que nadie se atreve a entrar.
Y una niña con la necesidad de descubrir el mundo, en un espacio y en un tiempo que no son los suyos y que tiene la suerte de colarse en ese otro universo del abuelo en el que descubre lo que realmente le emociona, pero por el que solo puede transitar a ratos y casi a escondidas y en el que pronto descubre que no le van a dejar quedarse mucho tiempo, sin más razones, que la existencia de leyes y convencionalismos absurdos que limitan la libertad de ser y de pensar de las personas, sobre todo, si además tienen la desgracia de ser mujeres.
Calpurnia va descubriendo, sin entenderlo, que ser mujer le impide vivir como quiere, decidir lo que ser. Elegir se convierte en un verbo que ella no puede conjugar y está dispuesta a luchar por cambiarlo, pero también va descubriendo lo difícil que eso le va a resultar y cómo va perdiendo poco a poco la batalla.

Cada capítulo del libro empieza con una cita de "El origen de las especies", este libro del genial Darwin tiene un especial protagonismo a lo largo de una historia que  nos descubre a través de los distintos personajes otra evolución de un espacio más corto de tiempo: la evolución de la vida. El transcurrir lento de la inocencia hasta descubrir el mundo, el turbulento mundo de la adolescencia intentando romper con todo y abrir nuevos cauces, la resignación del paso del adulto por el mundo, rápido, sin mucho tiempo para pensar y dejándose llevar por el cauce labrado tras siglos de discurrir de otras aguas y al final el descubrimiento del sentido de hacia donde vamos y la contemplación serena del final donde a veces el cauce se ensancha y permite salir por lugares diversos en los que este final ya no representa una amenaza, sino una promesa de remanso y paz.

También es un libro de "pequeños detalles", un libro que nos muestra que las personas necesitamos sentirnos importantes, necesitamos que se valore lo que hacemos y de qué modo un pequeño gesto de alguien que nos reconoce, nos ilusiona y nos vuelve más amables, más serviciales, más atentos: el fotógrafo, el cartero, la cocinera o el hermano menor son pequeños ejemplos.

Vemos también la evolución de Calpurnia como observadora, con la ayuda del abuelo aprende a mirar la naturaleza a prestar atención a los detalles, a ver con otros ojos, a mirar lo pequeño a encontrar lo que otros no ven y eso lo traslada también a su vida, a su entorno, a las personas que le rodean.

Nuestra protagonista también aprende a preguntar sobre el mundo, a cuestionarse sobre todo y a hipotetizar y avanzar posibles soluciones y cuanto más avanza, las preguntas que le surgen son más complejas, más rebuscadas, pero también sorprendentemente ella está más capacitada para darles respuesta.

También me encantaría comentar el final, pero me lo reservo para cuando hayáis ledo el libro y lo comentamos en privado ¿os parece?